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viernes, 26 de noviembre de 2010

Taberno, un pequeño pueblo con grandes atractivos


De vez en cuando, y tras semanas de mucho trabajo, necesito evadirme de la rutina. En los últimos meses he tomado la costumbre de escaparme de la ciudad y refugiarme en pequeños y aislados municipio. Una de mis últimas escapadas me ha llevado a Taberno, un pequeño pueblo al norte de la provincia de Almería cercano a la Sierra de las Estancias, que sorprende al visitante por sus calles encaladas y generosas de flores y su cuidado casco urbano donde nos recibe las Iglesias de San José y Los Llanos, así como numerosas plazas y plazuelas. Un pueblo por el que merece la pena pasear y detenerse a hablar con sus gentes que reciben al turista con los brazos abiertos demostrando su hospitalidad.
Fueron los lugareños los que organizaron mi visita. Ellos me aconsejaron que visitara la ermita del Calvario. La razón, “durante el ascenso disfrutará de unas excelentes vistas”, me dijo un abuelo de Taberno.

Y no se equivocaron porque la visita me permitió primero contemplar un bello paisaje de todo el núcleo urbano de Taberno y después, una vez en la cumbre, una estampa del horizonte que se baña con las playas de Garrucha y a la vez una hermosa vista de las cumbres de la sierra de las Estancias.
También me sugirieron –y así lo hice- sumergirme en el pasado visitando el Museo del Campo de Taberno o conocido por los vecinos como museo etnológico. Este centro museístico fue creado en 1998 con el objetivo de recuperar y preservar todos aquellos objetos que durante los dos últimos siglos fueron utilizados por sus antepasados, como herramientas de trabajo, maquinaria, utensilios, etcétera. La agricultura y la ganadería son los sectores económicos de este municipio.
Concluida mi visita llegó la hora de llenar el estómago. Este municipio a 128 kilómetros de la capital posee una gastronomía muy rica y variada, que se convierte en seña de identidad. Destacan los guisos y platos de cuchara que pueden acompañarse de la amplia gama de embutidos caseros (chorizo, morcilla, salchichón, jamones...) elaborados de la manera tradicional en las típicas matanzas.
Quien visite Taberno debe probar las migas de harina de trigo, las migas de harina de maíz, las gachastortas, el Rogiaos, el Ajo Colorao, el remojón picante, así como la olla de pelotas, los gurullos con liebre, las patatas a lo pobre, las gachas, la puchera u Olla...
Para hospedarse existen diferentes alternativas siendo las casas rurales la mejor opción. Desde mi experiencia recomiendo el complejo Sol de Taberno que se encuentra tan sólo a tres kilómetros del centro urbano. Un complejo que cuenta con ocho apartamentos totalmente equipados (enlazar con el post Sol de Taberno) y en el que te sientes como en casa gracias al trato amable y cercano de sus propietarios que atienden todas y cada una de las peticiones de sus huéspedes.
No lo dude, la visita a Taberno merece la pena. En este pueblo encontrarás un lugar de descanso, disfrutarás del ambiente rural y de una tradicional gastronomía. Ah! Una última cosa antes de cerrar este post: para conocer el entorno de este pueblo, recomiendo realizar la ruta de senderismo El Picacho. Se trata de un recorrido circular de 10 kilómetros con una dificultad medio-baja, por lo que es apta para gente poco acostumbrada a andar por el campo. De verdad, esta ruta ayuda a conocer este pequeño rincón de la provincia de Almería que es mucho más que sol y playa.
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